Hace un año todos observábamos las consecuencias de la concientización racial de los Estados Unidos.
FOTOGRAFÍA: JON ARRIETA / IMPACT SERVICES
Hace un año todos observábamos las consecuencias de la concientización racial de los Estados Unidos. Para mí eso significó caminar una cuadra desde mi casa hasta Kensington Avenue el 31 de mayo y observar cómo años de racismo, opresión y explotación contra una comunidad brotaban a la superficie. Había vidrios rotos, se habían vaciado las tiendas y se revelaban los traumas de las personas. Significó caminar tarde esa noche frente a viviendas en llamas en la avenida y pararme frente al esqueleto humeante de estas a la mañana siguiente, un símbolo de todo lo que estaba sucediendo en los Estados Unidos.
VERANO DE 2020
El 1 de junio me detuve en la cuadra 3000 de Kensington Ave y me sentí indefenso y sin saber cómo ayudar a la comunidad que tanto quería. Como residente de 20 años, conocía la historia de la desinversión y de la explotación de este vecindario. Mientras estaba parado allí, me crucé con el director ejecutivo de Impact Services que estaba haciendo un sondeo de los daños. En ese momento no lo conocía, pero verlo me recordó lo indefenso que me sentí. Me recordó que estaba allí sin un rol definido en la futura reconstrucción de mi vecindario.
Volví a mi casa y sabía que NKCDC había estado buscando a un nuevo director ejecutivo, así que les escribí: «En vista de los eventos catastróficos de las últimas semanas que seguramente provocarán un increíble impacto en NKCDC, quisiera reiterar mi interés».
OTOÑO DE 2020
En octubre del año pasado, después de un proceso de búsqueda que incluía personal y una junta recientemente configurada, se me dio la oportunidad de servir directamente a la comunidad como director ejecutivo de NKCDC.
En noviembre comencé en mi nuevo puesto e inmediatamente me embarqué en la misión de la organización de «avanzar la equidad social y el empoderamiento económico a través de la creación de oportunidades para que los residentes vivan en su vecindario preferido y lo transformen de manera activa». Mientras revisaba y actualizaba una visión de cómo proceder en estos tiempos nuevos y complicados, encontré un camino de avance desde toda esta destrucción. Plasmé todas esas ideas iniciales en un artículo en Generocity sobre el desarrollo impulsado por la comunidad donde indiqué que necesitábamos enfocarnos en el diseño y la planificación impulsados por la comunidad; transferir el control de los recursos a la comunidad; asegurarnos de que los principales beneficiarios del progreso sean los miembros de la comunidad; que la implementación y la gestión del trabajo deben estar dirigidas localmente; y que la evaluación y la responsabilidad también deben estar dirigidas localmente.
PRIMAVERA DE 2021
El pasado mes de marzo, la comunidad se enfrentó a otra desinversión cuando el NKCDC se enteró de que la estación de trenes ubicada a tan solo unos pies de nuestras puertas se cerraría indefinidamente para reparaciones. Respondimos no solo organizándonos en solidaridad con los líderes comunitarios locales, las asociaciones cívicas y los residentes, sino que también exigimos que las causas de origen históricas del cierre se reconocieran y abordaran como parte del plan de reapertura. Gracias al liderazgo de esta comunidad, se reabrió la estación en menos de dos semanas y, lo que es incluso más importante, nació un nuevo grupo incluso más grande de líderes locales.
En abril, en asociación con Impact Services, lanzamos Connected Community: un conjunto de herramientas para el compromiso de una comunidad sensible a situaciones traumáticas, cuyo propósito es mejorar la calidad y la eficacia del trabajo comunitario en vecindarios que sufren altos niveles de acontecimientos traumáticos. El programa está diseñado tanto para instruir a los participantes sobre las situaciones traumáticas como para que desarrollen las técnicas necesarias para liderar talleres por su cuenta. Se puede acceder de manera gratuita al conjunto de herramientas en traumainformedcommunity.org.
Debido a las grandes necesidades que siempre debemos abordar en Kensington, a menudo perdemos de vista lo que yo llamo los planes de las «grandes P» que dan lugar a soluciones y cambios sistémicos. Solo nos centramos en lo que llamo los planes de las «pequeñas P» que, esencialmente, solo reacomodan las sillas en la cubierta de un barco que posiblemente se hunda. Debido a que parecía que la ciudad y la comunidad caían en la trampa de repetidos errores pasados, ofrecí una revisión de estos, además de una vía de avance para crear soluciones y cambiar el poder para desarrollar resultados eficaces y sostenibles.
MOTIVOS PARA TENER ESPERANZA
Durante el último año, hay muchas cosas que han cambiado. Un año después de que Kensington Avenue se incendió y me sentí indefenso y desesperanzado, ahora me siento con esperanzas.
- Soy optimista porque las inversiones que socios como NeighborWorks America hicieron en nosotros hace unos años para la atención sensible a situaciones traumáticas y la equidad racial, la diversidad y la inclusión dieron resultado en la creación de una base organizativa que no solo resistió a la tormenta del año pasado, sino que también nos posicionó para ser una organización de vanguardia que puede impulsar soluciones.
- Soy optimista debido al cambio en las conversaciones sobre quiénes somos como comunidad y el reconocimiento de los increíbles activos que tiene.
- Soy optimista debido a las asociaciones y a las relaciones más fuertes y a veces nuevas que se han formado que nos permitirán compartir una visión y determinar y materializar colectivamente nuestro destino.
Conllevará un gran esfuerzo llegar a donde queremos, pero como Frederick Douglass dijo:
Si no hay esfuerzo, no hay progreso. Quienes profesan estar a favor de la libertad, pero desaprueban la agitación son personas que quieren cultivos sin arar la tierra. Quieren lluvia sin truenos ni rayos. Quieren el océano sin el rugido de sus poderosas aguas.
Nos queda un largo camino por recorrer, pero estamos listos para lograr lo que se debe hacer. Espero que nos acompañe en esta sesión de crecimiento.